X

 
 

[ Pobierz całość w formacie PDF ]

va si encuentra el s�mbolo que le d� nuevas esperanzas.
 No hemos hecho m�s que renovar esperanzas cada seis
a�os para perderlas en seguida. �Usted tiene la clave de la es-
peranza perpetua?
Ahora s� que calló y pensó largo rato. Evit� mirarlo, por sim-
ple buena educación. Me di cuenta de que los zopilotes ya no
volaban sobre Ul�a. Me pregunt� si eso ya lo hab�a notado en
enero, cuando vine a ver al Anciano por vez primera. La sensa-
ción de que los zopites no circulaban en los cielos era quiz� sólo
una repetición, una reprise, de algo que ya hab�a visto y que
ahora, como si la vida fuese un sue�o, ve�a por primera vez,
habi�ndolo sólo so�ado antes. �O era al rev�s? �Lo vi ayer para
so�arlo hoy?
 Este era un gato con los pies de trapo  interrumpió el peri-
co...
142
CARLOS FUENTES La silla del �guila
 El s�mbolo que le d� nuevas esperanzas.
 �Otra vez?
Ahora s� que calló. Me atrev� a hablar en nombre de �l.
 Lo acaba usted de decir. Todo en M�xico requiere un sim-
bolismo. �Lo tiene usted?
Afirmó con la cabeza entrecana. Las vastas entradas en la
frente le daban gran nobleza a sus facciones. Alzó la mirada.
 �No se ha preguntado por que no vuelan los zopilotes sobre
Ul�a?
Ahora me tocó a m� negar sin palabras, con otro movimiento
de cabeza.
 Tuve un ministro muy bruto e indiscreto. Lo met� al orden
dici�ndole: Ten cuidado. Te andan acusando.
 �De qu�, se�or Presidente?
 De andar diciendo la verdad. Guardó silencio, Mar�a del Ro-
sario. Creo que entend�, Mar�a del Rosario.  �A�n no es el mo-
mento?  No. A�n no.
 �Qu� mensaje me llevo a la capital?  Cuando los coyotes
a�llan, a�lla con ellos. No vayan a creer que eres gato.
 �Quieres que te lo cuente otra vez?  canturreó el loro.
 Gracias, se�or Presidente. �Eso es todo?  No. Hay algo
m�s. Pero es sólo para ti, Valdivia.  Lo escucho, se�or.
 Mi �nico pesar es que conozco todas las historias, pero ja-
m�s conocer� toda la historia.
Miró de vuelta hacia San Juan de Ul�a.
 Yo te mandar� llamar, muchacho, llegado el momento.
En sus ojeras no estaban las palmeras borrachas de sol.
 Mientras tanto, te ofrezco el t�tulo de una novela por escri-
bir.
Esper� a que me lo dijera.
 El Hombre de la M�scara de Nopal
45
General C�cero Arruza a general Mondragón von Bertrab
Se�or general, si alguien respeta el orden jer�rquico, ese
soy yo, su fiel servidor C�cero Arruza. Perdone que le insista.
143
CARLOS FUENTES La silla del �guila
Esta vez le mando una cinta con mi fiel asistente "El M�user" y
mi voz grabada para que oiga vivamente mi franqueza y mi an-
gustia. Ora es cuando, mi general. Algo est� pasando y es la
oportunidad de acción para que pase lo que queremos usted y
yo. Lo �nico que no se puede permitir es un vac�o de poder, pe-
ro a esa barranca vamos derechito. Preg�ntese, �desde cu�ndo
no se ve en p�blico al Presidente? Yo se lo digo, yo llevo la
cuenta. Desde principios de enero, cuando leyó su informe y
nos provocó el mandarriazo de los gringos. �Tres meses sin ver-
le la careta al llamado jefe de la Nación! Si eso no es el vac�o
de poder tan mentado, �qu� clase de hoyo ser�? Hoyos, hoyos,
todo en la vida es puro hoyo, salir del hoyo, caer en el hoyo,
cagar por el hoyo, meterla o dejar que nos la metan por el
hoyo... Voy a serle sincero, mi general. O actuamos ya o nos la
meten a usted y a m�. Lo noto indeciso. Lo noto hasta distan-
ciado de su fiel subordinado C�cero Arruza. �Qu� pasa, tan tar-
de me descubre usted tal como soy, mi general? Perdone la
franqueza. Estoy diciendo este mensaje y estoy de vuelta de
donde sal�, que es una cantina, se�or general, ya que a los mi-
litares nos chote�n diciendo que sólo ganamos nuestras bata-
llas en las camas y en las cantinas. �Recuerda a ese tabasque-
�o Gonz�lez Pedrero que nos hizo la vida de cuadritos a todos
con eso que llamaban el dardo de la verdad? �No dijo Gonz�lez
Pedrero que hubo un millón de muertos en la Revolución Mexi-
cana, pero no murieron en las batallas sino en las cantinas, ti-
rote�ndose entre s�? Es para decirle que usted sabe qui�n soy
yo, de dónde vengo y de qu� soy capaz. Se lo recuerdo porque
quiero que est� seguro de una cosa: las violencias me las pue-
de cargar a mi cuenta. Los muertitos son de mi peculio... Yo no
me guardo nada, se�or general, sepa con qui�n trata y nunca
se enga�ar� como el marido de la canción... "�De qui�n es esa
pistola, de qui�n es ese reloj, de qui�n es ese caballo que en el
corral relinchó?"... Perdone mi voz. Cuando bebo, me entran
unas ganas locas de cantar... Sepa qui�n es su aliado... Ya le
dije una vez que a�oro la violencia de a de veras, no esos en-
carguitos de disolver asambleas soltando ratones y vaciando
chis desde los balcones. D�jeme presentarle mis credenciales,
para su seguridad. Como comandante de zona en diversos es- [ Pobierz całość w formacie PDF ]

  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • domowewypieki.keep.pl
  • Drogi uĚźytkowniku!

    W trosce o komfort korzystania z naszego serwisu chcemy dostarczać Ci coraz lepsze usługi. By móc to robić prosimy, abyś wyraził zgodę na dopasowanie treści marketingowych do Twoich zachowań w serwisie. Zgoda ta pozwoli nam częściowo finansować rozwój świadczonych usług.

    Pamiętaj, że dbamy o Twoją prywatność. Nie zwiększamy zakresu naszych uprawnień bez Twojej zgody. Zadbamy również o bezpieczeństwo Twoich danych. Wyrażoną zgodę możesz cofnąć w każdej chwili.

     Tak, zgadzam się na nadanie mi "cookie" i korzystanie z danych przez Administratora Serwisu i jego partnerĂłw w celu dopasowania treści do moich potrzeb. Przeczytałem(am) Politykę prywatności. Rozumiem ją i akceptuję.

     Tak, zgadzam się na przetwarzanie moich danych osobowych przez Administratora Serwisu i jego partnerĂłw w celu personalizowania wyświetlanych mi reklam i dostosowania do mnie prezentowanych treści marketingowych. Przeczytałem(am) Politykę prywatności. Rozumiem ją i akceptuję.

    Wyrażenie powyższych zgód jest dobrowolne i możesz je w dowolnym momencie wycofać poprzez opcję: "Twoje zgody", dostępnej w prawym, dolnym rogu strony lub poprzez usunięcie "cookies" w swojej przeglądarce dla powyżej strony, z tym, że wycofanie zgody nie będzie miało wpływu na zgodność z prawem przetwarzania na podstawie zgody, przed jej wycofaniem.