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Constance tomaba t� helado. La cerveza la beb�a junto con la comida mexicana. Empezó
a pensar en comida mexicana: cerdo con salsa verde, pechugas de pollo con chiles en
una salsa cremosa...
 Pues bien  dijo Milton tras ponerse m�s cerveza y beber de nuevo . La empresa
era de Gary desde el principio. El controlaba los intereses. Y nadie pon�a objeciones.
Todos sab�amos que sin �l no habr�a empresa. Incluso despu�s de que empezara a
entregar acciones para comprar lealtades, siguió manteniendo el control, no hab�a
ninguna duda al respecto  tras lo cual comenzó a explicar por extenso los art�culos de la
incorporación, las acciones que hab�an sido distribuidas y cómo funcionaba la empresa .
Y hasta hace tres a�os, no importaba mucho qui�n tuviera el control. En los primeros
a�os no hab�a beneficios que repartir a los accionistas. Todos trabaj�bamos por un
salario. Luego s� hubo beneficios, pero desaparecieron en cuanto Gary comenzó la Casa
Inteligente.
Charlie no llegó a bostezar realmente. No es que resultara un aburrimiento, se dijo a s�
mismo, pero tampoco pod�a interesarse por la estructura corporativa que estaba
explicando el abogado. Comida mexicana o italiana comenzó a pensar. Se dec�a que la
comida caliente y especiada era m�s refrescante a la larga que la ins�pida. Y una jarra de
margaritas. Se estaba inclinando en esa dirección. Posiblemente Milton Sweetwater
terminara en unos minutos y se fuera, y Constance y �l podr�an discutir lo de la comida
hasta que llegara el momento de salir.
 Tiene que entender algunos antecedentes o no podr� comprender nunca por qu�
participamos todos en el juego del asesino de Gary  dijo Milton entonces, d�ndose
cuenta del efecto que iban a tener sus palabras.
 Cu�nt�melo  dijo Charlie parpadeando.
Cuando Milton hab�a terminado de describir el juego, Charlie le contemplaba con
incredulidad, y Constance con horror.
 �Participó en eso siendo un abogado?  preguntó Constance.
 Tendr�a que conocer a Gary  respondió �ste encongi�ndose de hombros .
Hubiera sido peor si no hubi�ramos participado. Decid� que era relativamente inocuo, y
sirvió exactamente para lo que �l predijo: todos descubrimos por nosotros mismos la
maravilla que es en realidad una Casa Inteligente.
 Por lo visto esa maravilla tambi�n quer�a jugar  murmuró Charlie . Siga. Imagino
que esto es lo que sus jugadores no contaron a los polis.
 Exactamente. No vimos la necesidad. Imagine cómo habr�a aparecido eso en los
periódicos y revistas. Y el juego no tuvo nada que ver con lo que sucedió. Podr�a haber
sido cualquier otro juego, o no haber existido ninguno. �Qu� diferencia puede tener para
su investigación?
 No lo s�  dijo Charlie . Pero d�game usted: �qu� diferencia significó para los
hechos?
 Por una parte, todo el mundo se volvió paranoico  respondió el abogado, que ahora
parec�a incómodo . Ahora puede parecer incre�ble, pero todos est�bamos paranoicos
nada m�s empezar el juego. La otra cosa es que por causa del juego sab�amos que la
casa, yo dir�a que el ordenador, parecer�a la responsable de ambas muertes. Ya sabe,
registró los movimientos de todos durante el fin de semana, y cuando esa parte del
programa fue exhibida, mostró claramente que Rich hab�a entrado solo en el ascensor, y
que Gary hab�a ido solo a la sala de jacuzzi. La polic�a determinó que hab�a glitches en el
programa y todos estuvimos de acuerdo; al fin y al cabo, era su funcionamiento de
prueba; me refiero al fin de semana. Y nadie aportó una información que contradijera eso,
por lo que aunque el caso no fue oficialmente cerrado, se encuentra parado, en un punto
muerto. Un desafortunado accidente... dos. Y Bellringer fabrica ordenadores asesinos 
a�adió con amargura.
Charlie agitó la cabeza.
 La polic�a no ten�a m�s que un programa mal�simo con glitches. �Qu� m�s?
 S�  admitió Milton . Hab�a m�s. La manera en que el juego fue establecido, y con
todos paranoicos, sin que nadie se quedara mucho tiempo a solas con otra persona.
Durante la mayor parte del tiempo est�bamos en grupos de cuatro o m�s, vigil�ndonos
unos a otros. Si estabas sólo con otra persona, podr�a unirse una tercera buscando a su
v�ctima, ya entiende: una v�ctima, un testigo y un asesino. Imagino que todos [ Pobierz całość w formacie PDF ]

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